El Gran Premio de los Países Bajos dejó una de las polémicas más encendidas de la temporada: la bronca de Franco Colapinto con su propio equipo, Alpine. El argentino, que había mostrado un rendimiento sólido en Zandvoort, se vio perjudicado por una orden de equipo que lo obligó a devolverle la posición a Pierre Gasly después de haberlo superado en pista con una gran maniobra.
La orden que desató la furia
El conflicto se originó cuando el ingeniero de Colapinto, Stuart Barlow, le pidió que permitiera el adelantamiento de Gasly en la curva 1. La respuesta del joven piloto fue inmediata y cargada de enojo. “Está un segundo atrás. ¿Qué querés decir? ¡Un segundo!”, reclamó por radio.
El intercambio reflejó la tensión interna en Alpine. Tras la bandera a cuadros, Barlow intentó calmar la situación. “Lo siento mucho, amigo. Hoy de verdad no fue nuestro día”, reconoció.
Un punto perdido, una oportunidad desperdiciada
Colapinto terminó 11°, a las puertas de sumar en el campeonato. Aunque Kimi Antonelli recibió varias penalizaciones y cayó detrás suyo, no alcanzó para meterse entre los diez primeros. Para el argentino, la frustración fue doble: además de perder la posición con Gasly, quedó sin premio en lo que consideró su mejor carrera del año.
“Nos faltó hacer un mejor trabajo de equipo. Era muy fácil hacerme sumar un punto hoy y no había que esforzarse mucho. Estuvimos mal en no haberlo logrado”, disparó Colapinto.
Contexto de un GP accidentado
La competencia en Zandvoort estuvo marcada por accidentes y sanciones, pero también mostró el mejor ritmo del piloto de Pilar desde su desembarco en la Fórmula 1. Sin embargo, la decisión interna de Alpine terminó robándole protagonismo a su actuación.
La controversia con Gasly dejó abierta una herida que Colapinto y Alpine deberán cerrar rápido: la próxima cita será en Monza, donde el argentino buscará revancha y, finalmente, sus primeros puntos en el campeonato.